Nuestro montañero acaba de
llamar y se encuentra en Skardu esperando volar, aun no sabe cuando y es que
aunque tenia el Broad Peak cerca, el gran jefe sabe que la maquina no hay que
forzarla, que la avaricia rompe el saco y que no hay que correr, no hay prisa,
las montañas no se van, son inmutables pero la familia no y se echa de menos.
Personalmente
me alegro de su vuelta, estoy pensando en ir a recibirlo con la minifalda y los
pompones, esta vez igual me animo, gracias a Dios los huevos fritos con jamón
no me han pasado factura.
Si nos
comunicase su vuelo os lo diríamos por si alguno se anima a coger los pompones,
eso si, los chicos en short, a lucir pierna montañera.
Gracias
a todos, especialmente a todo aquel
alpinista o no que en tierras lejanas le ha dejado un teléfono para
comunicarse con nosotras, gracias de corazón.
Gracias
a todos los que le habéis seguido, los que habéis compartido nuestra alegría y
nuestra preocupación, habéis sido un encanto, un apoyo, una inspiración, una
motivación, uno más de la expedición, entre todos hemos hecho posible la cumbre
del K2. Oscar llevaba mucha energía positiva en su mochila gracias a vosotros.
Gracias
a la doctora Teresa Bordell del CAP de Cambrils, ahora tendrá trabajo, la
revisión hay que pasarla, no se va a librar.
Gracias
a Oda por su eficacia, su complicidad, su amistad, sin ella estas crónicas no serian
ni iguales ni las mismas.
Un
placer el tiempo dedicado a vosotros, entre montaña y montaña, lo he hecho lo
mejor que he podido. No es fácil escribir con las manos cuando habla tu corazón.
He disfrutado y he padecido en esta aventura y ha merecido la pena, solo por vosotros
y por nadie mas.
Esther
Ginés